Ministro de Hacienda del 8 de mayo de 1893 al 25 de mayo de 1911.
Nació en la Ciudad de México, hijo de José Yves Limantour, de origen francés, y de Adela Marquet. De pequeño vivió en Europa hasta 1868. Cuando regresa a México, ingresa a la Escuela Nacional Preparatoria (1869) y después inició sus estudios de jurisprudencia (1872). Después de recibirse de abogado (1875) se trasladó a Europa en donde desempeñó algunas tareas oficiales. De vuelta en México sustituyó a Manuel Payno como profesor de Economía Política en la Escuela Superior de Comercio (1876) y también fue catedrático de Derecho Internacional Público y Privado en la escuela de jurisprudencia. Fue redactor y propietario del periódico El Faro (1877-1882). Participó en varias comisiones: en la encargada de estudiar la conveniencia de celebrar un tratado comercial con los Estados Unidos (pronunciándose en contra a la opinión del secretario de Relaciones). Por instrucciones de la Secretaría de Gobernación, estudió la baja en el precio de la plata (1886); fue vocal propietario de la Junta de Desagüe del Valle de México, presidió la Junta de Saneamiento (1896) y la de Provisión de Aguas Potables (1903).
Viajó a París para recuperarse de su salud (1889). De regreso a México volvió a ser comisionado para participar en una conferencia llevada a efecto en Washington (1891) para negociar un tratado comercial entre México y los Estados Unidos, a lo cual se opuso. En ese mismo año participó en el debate que se llevó a cabo para resolver el problema de las alcabalas.
Fue nombrado Oficial Mayor 1º de la Secretaría de Hacienda, siendo ministro en ese momento Matías Romero (27 de mayo de 1892). Al dejar Matías Romero la Secretaría (febrero de 1893), Limantour se hace cargo de la misma en calidad de Oficial Mayor o Subsecretario y poco después es nombrado titular de la dependencia (9 de mayo 1893).
Sus primeras medidas como titular de la Secretaría de Hacienda fueron la creación de nuevos impuestos que gravaban los ramos de la producción que no había alcanzado la crisis; la implantación de economías y reducciones en los gastos y servicios administrativos; arreglos con los acreedores del Estado. Asimismo disminuyó el monto de los sueldos de toda clase de empleados y funcionarios públicos. Con el tiempo logró un superávit en la administración hacendaria. También se dio a la tarea de recuperar las Casas de Moneda que eran administradas por particulares.
El arreglo de la deuda pública fue un asunto que llamó en especial su atención (ley del 29 de mayo de 1893), a la vez que reorganizó las instituciones de crédito (ley del 19 de marzo de 1897). Proyectó la conversión de la Deuda Externa, vinculando los intereses de los banqueros estadounidenses y europeos, para lo cual el gobierno mexicano firmó contratos en Berlín, París y Londres (julio de 1899). Otra de sus tareas fue la “mexicanización” de los ferrocarriles. En noviembre de 1904 promovió el plan de la reforma monetaria, que llevó a la adopción del patrón oro.
A la caída del régimen porfiriano presentó su renuncia como Secretario de Hacienda (25 de mayo de 1911) y salió de México para radicar en París, en donde murió.
Para datos sobre su vida consultar: Carlos Díaz Dufoo, Limantour, México, 1922; Edgar Turlington, México and Her Foreign Creditors, Nueva York, 1930; Antonio Manero, La Revolución Bancaria en México, México, 1957; José Yves Limantour, Apuntes de mi vida política, Editorial Porrúa, México, 1965.