Ministro de Hacienda:
Del 11 de septiembre de 1848 al 22 de marzo de 1849.
Del 25 de mayo al 1° de septiembre de 1851.
Nació en la ciudad de México; estudió la carrera de leyes y se tituló en el Colegio de Abogados (1833). Uno de sus primeros empleos dentro del gobierno fue el de administrador de la aduana marítima de Matamoros (1839); tiempo después presentó una iniciativa para la fundación de un banco nacional que manejase la deuda exterior e interior (22 de septiembre de 1844). Participó, junto con José de la Fuente y Manuel Payno y Bustamante, como miembro de la Junta Superior de Hacienda (1846). Estuvo encargado de la Administración de Rentas de la Ciudad de México, y, más adelante, fue administrador principal de contribuciones directas del Distrito Federal (1847). José Joaquín de Herrera le confía la Secretaría de Hacienda (11 de septiembre de 1848), la cual atravesaba por una situación de bancarrota. La Cámara de Diputados aprobó su proyecto de ley para establecer una banco nacional (octubre de 1848). A pesar de que su proceder estuvo encaminado para mejorar las finanzas públicas fue atacado por la prensa y por miembros del Congreso; por ello renunció a su puesto (22 de marzo de 1849).[1] Fue electo senador suplente por el Estado de Yucatán (1849). Durante el gobierno de Mariano Arista se le nombró nuevamente ministro de Hacienda (26 de mayo de 1851). Entonces su gestión se dirigió, de acuerdo con el plan general del partido conservador, a la centralización de las rentas, lo que impidieron los gobiernos de estatales. Con la idea de buscar una solución a la crisis financiera del gobierno nacional organizó una reunión junto con gobernadores de algunos Estados, pero el evento concluyó sin resultado positivo alguno (en agosto de 1851). Ante esta situación abandonó el Ministerio (1º de septiembre de 1851). Llegó a ser miembro de la cámara de diputados representando al Estado de Guerrero (octubre de 1851); durante el Segundo Imperio de Maximiliano participó en la Junta de Notables y perteneció a la Junta de Colonización. Después de la restauración de la República dedicó su tiempo a asuntos personales. Murió en la ciudad de México.[2]
[1] “El 21 de abril inmediato se produce un altercado entre Francisco de P. Arrangoiz, su sucesor en el ministerio, y Luis G. Cuevas, por diferencias de criterio con respecto a su actuación en Hacienda. Poco después, por los ataques que se dirigen en los periódicos, es acusado, junto con Cuevas, ante el gran jurado de la Cámara de Diputados.” Cárdenas de la Peña, vol.2, pp.133.
[2] Ibid.